Aún más consciente que ayer, con ojos de lechuza y el oído afilado junto con el olfato. Los
sentidos alerta, más caretas que se caen.
El mundo es un sin fin de trampas, de egos y sus semejanzas.. De pieles frías y sangres
heladas, cualquier grupo sanguíneo, cualquier tono en la piel.
Se desgarran, se apuñalan, te arrebatan las palabras, se apoderan de las chances.
Como seres humanos sólo somos espantosos números socio-económicos, hasta algunos
se olvidan de palabras tan importantes como "alma", que ni tan palabra si en esencia el
alma somos nosotros en estado puro, plenos, nuestro hermoso niño interno.
Sólo números, fraccionados en trabajos mediocres disfrazados de futuro, futuro lejano del
que no depende el destino y no importan los sueños.
Rodeados como roedores por gatos, como presa fácil de cualquier Estado, engañados por
extraños, por serpientes disfrazadas de corderos.
La ironía del sabio que si sabe del engaño, que pretende ser salvado,
ternura y a los ojos que están ciegos los encanta con su suave textura.
Nos creemos incapaces, desesperados, desesperanzados...
Y el universo que es tan grande..
Y las estrellas que brillan tanto..
Y nosotros infelices por hacer siempre lo correcto, por respeto, por cobardía, por amor, por
cualquiera que sea la excusa siempre buscamos algo.
Basta de ataduras y nudos mentales, basta de palabras y promesas baratas, basta de no
ser o de ser lo que los demás pretenden, dejándonos una sensación de una vida vacía,
que nos obliga constantemente a buscar una satisfacción ya sea religiosa buscando creer
en algo para poder sustentar nuestras propias vida o con bienes materiales imponiendo
una mejor vida y felicidad a través de eso.
Basta.
Crecer
Sentir
Amar
Correr
Saltar
Vivir, solo vivir en paz.
Libertad mental para encontrar la pura felicidad.

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